“La primavera en Valdivia es sorprendentemente bella”, me comentaba un caballero mayor al verme, cámara en mano. Hay calles como la avenida Carlos Anwandter y avenida Alemania, donde simplemente tienes que detener la marcha y disfrutar del colorido de las flores que armoniza entre arbustos y árboles legendarios.
Después de un breve intercambio, el caballero me felicitó nuevamente y nos despedimos. Entonces volví la lente sobre la naturaleza, intentando describir la sensación que estimula nuestros sentidos ante la presencia de lo verdaderamente relevante.
El día era ideal para tomar fotos y hubiese continuado; pero las plazas subsiguientes aún están sin terminar y preferí marcharme con la fortuna de haber podido captar un trozo de esta primavera en el hermoso bandejón de la avenida Alemania y la Plaza del Obelisco.