La Isla Teja, en la comuna de Valdivia, atesora una rica historia patrimonial. El origen de su nombre se remonta al período colonial, en la isla existió una fábrica de ladrillos y tejas para las construcciones del Rey, en la actualidad su territorio exhibe un aumento poblacional.
Rodeada por ríos y cerros, su paisaje en cada época del año se reserva algún agradable detalle a fotografiar. En esta ocasión no me esperaba un cálido paisaje otoñal a pesar de que se augura una fría temporada.
Lo cierto es que el paisaje de la geografía valdiviana es como los grandes lienzos que exigen nuestra atención, con la excepcional diferencia que en ella se atesora vida, pero esta es una tarea que delegamos a los registros fotográficos y su elocuente narrativa visual, donde intentamos captar su esencia en cualquier temporada del año.
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