La pasada semana nuestro equipo dejó atrás los intensos colores primaverales del paisaje valdiviano y viajamos a Santiago de Chile. Motivados por la belleza de su emblemática arquitectura, literalmente llegamos a las adoquinadas calles del barrio París – Londres, declarado como Zona Típica en 1982.
Adentrarnos en la urbe capitalina tiene su encanto, sobre todos los que apreciamos la elegante arquitectura ecléctica ligada a su historia y naturaleza. Creo que en ese aspecto Santiago tiene mucho que mostrar.
Medios digitales afirman que los terrenos donde se construyo el barrio pertenecían a la congregación franciscana. A finales del siglo XIX, por dificultades económicas, tuvieron que ponerlos en venta donde los destacados arquitectos chilenos Ricardo Larraín Bravo y Alberto Cruz Montt, proyectaron su armoniosa estética, junto a la influencia europea de las casonas en las que predominan los estilos renacentista, neoclásico, barroco y neocolonial.
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