Excelente sugerencia.

Nuestro anfitrión sugirió que visitáramos a su tío y tocayo, con el objetivo de apreciar su legendaria casa y algunas herramientas y utensilios antiguos propios del trabajo y la vida rural.

La propiedad de don Sergio Carimán también posee sus encantos, pero más a lo campesino, con sus animales de corral que deambulan por el patio y construcciones. La curiosidad estuvo centrada en el árbol que alberga en el interior de su tronco una colmena y las ricas manzanas que cosecha en su arboleda.

Desde la parcela se aprecia la majestuosidad de esta zona y las diversas bellezas naturales que atesora. Folilco era un sector remoto donde no existían ni caminos, hoy es un lugar ideal para apreciar la hermosura del campo chileno y sus tradiciones, ojalá que pronto sea asfaltada completa la ruta T-335. (continuará)

Folilco.

 En esta ocasión visitamos el sector rural Folilco ubicado en la ruta T-335, a unos 11 kms al noroeste de la comuna de Máfil, en la región de Los Ríos.

La invitación de Sergio Carimán (sobrino) nos permitió conocer esta hermosa localidad rural que atesora años de arraigo y transformación intercultural, desde la llegada del Cacique Lorenzo Carimán en 1880. Hoy el espíritu empresarial se inclina por el eco-turismo, donde se disfruta del paisaje y las tradiciones campesinas en el sur de Chile.

Desafortunadamente, del sector hay escasa información en internet y pocas opciones de transportación, dejando como elección más accesible el servicio de taxis. Sin embargo, la condición remota le imprime cierto toque aventurero a los que gustan del pedal y las bielas, a medida que exploran el sector y sus alrededores. (continuará)

Exquisito brindis.

La fascinante belleza del río Calle Calle y una pareja de cormoranes robaban toda mi atención, hasta que divise una vistosa garza frente a Dominga Bristó.

Así conocimos el acogedor restaurante donde nuestra curiosidad fue atendida con profesionalidad y exquisita calidad. Mi asistente disfrutó de su trago bautizado como Ramazzotti y quien les escribe una cerveza Kunstmann Torobayo, que nos animó a continuar el recorrido hasta otro lado del río.

La costanera valdiviana era disfrutada a esa hora por un discreto y variado número de visitantes, a los que nos unimos tratando de captar la esencia de ese hermoso domingo en el que conocimos por casualidad a Dominga.

Una mañana ideal.

Apenas las primeras gotas de lluvias de otoño despojaron los secos y cálidos días del verano valdiviano, nos animamos a explorar los alrededores de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral de Chile.

Lo cierto es que los cálidos días del recién concluido verano no parecían muy animados a recibir una de las estaciones más pintorescas; pero aquella mañana de abril merecía ser fotografiada.

A propósito de la importante locación, la narrativa visual de nuestros registros, como es habitual, se enfoca en contar la historia, aunque aún tengamos que esperar por las clásicas fotos de otoño. (continuará)