La bella ciudad de Puerto Varas nos recibió con discretos destellos de luz, tras una tarde gris y lluviosa llegaba aquella noche de enero.
Con su arquitectura de apariencia
europea, delata la influencia heredada de la emigración de colonos alemanes que poblaron estas tierras.
A pesar que el clima se esforzaba
en recordarme que estaba en el Sur de Chile, donde abundan los cielos grises y
las lluvias, las pintorescas flores de sus calles se mostraron amable en mi
primera visita a la Región de Los Lagos.
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